En  Velero de Chile a California

Orígenes de la familia Lois

Manuel Domingo Lois Baeza  nació en Santiago en 1764. Es nuestro primer registro de un Lois en Chile.

Creemos que su padre, José Antonio Lois Nateiro , llegó a Chile desde Galicia, España. Agradecemos información sobre él o su esposa Manuela Baeza y Murillo de la Hermosa .

Juan Lois Perales, capitán de El Calypso, nació en 1918 en Taltal, un pueblo minero y, entonces, un  puerto muy cosmopolita del norte de Chile, debido al gran auge del salitre. Su padre, médico, era masón y militaba en el movimiento anticlerical. Juan, el cuarto de seis hijos, era todavía joven cuando la familia se trasladó a Santiago. Se hizo médico y sus hermanos, Darwin, ingeniero, Voltaire, abogado y, más tarde, como político, Regidor por Santiago. La hermana de Juan, Raquel, fué trabajadora social del ejército chileno y alcanzó el grado de general.

Puerto de Tal Tal, Chile, 1899, Foto de Carlos Brandt, Biblioteca Nacional, Chile.

La Vida de nuestro Capitán en Chile.

En 1948 el Dr. Juan Lois Perales se casó con Eliana Figueroa De la Jara. Ella nació en 1927 en Freire, en el sur de Chile, donde su padre Adolfo Figueroa tenía  tierras y un aserradero. El registro más antiguo que tenemos de la familia de Eliana Figueroa De la Jara es el de José Evaristo Figueroa Pantoja (1840-1936).

Eliana fue la tercera hija de la familia Figueroa De la Jara. Todos los miembros de su familia eran católicos devotos. Los Figueroa-De la Jara se mudaron en la década de 1940 desde el sur de Chile a una casona en Avenida Suecia en Providencia, Santiago. Más tarde, cuando Eliana se casó con el Dr. Juan Lois, esta casa se convirtió en el hogar de la familia Lois Figueroa.

El matrimonio Lois-Figueroa tuvo seis hijos. Tres de ellos estudiaron medicina en Chile. El hijo mayor fué radiólogo y las dos hijas mayores pediatras. Los otros hermanos obtuvieron doctorados en bioquímica en la UCLA. Jacqueline, la hija menor, estudió antropología en la Universidad de Chicago.

El Dr. Juan Lois Perales, cirujano torácico, trabajaba en hospitales estatales de Santiago y no tenía una consulta privada. Siempre le había gustado navegar, amaba el mar, era un ávido buceador y pescador submarino. Alrededor de 1970, compró un velero de 35 pies (10,7 m) al que llamó Calypso. El Calypso fue construido en Chile por la Armada chilena. Adquirió experiencia navegando por las agitadas aguas de la costa chilena con su familia.

Dr. Juan Lois P.,Eliana Figueroa, hijos. Algarrobo, Chile, ca 1965.

La familia Lois tenía una larga historia de viajes y vínculos con los EE. UU. La joven Eliana visitó los EE. UU. con su padre (Adolfo) y su hermana (Olga) en la década de 1940. Augusto llegó a California como estudiante de intercambio para asistir a la escuela secundaria a principios de la década de 1960; Rodrigo visitó a su hermano Augusto mientras asistía a la escuela secundaria en California.

María Eliana, la hija mayor, llegó a California en 1973. Había visto un aviso publicado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. El Hospital Universitario de Loma Linda, en el sur de California, buscaba candidatos para la residencia médica en América Latina. Ella se postuló y fue aceptada.

Sueños de Viaje.

Cuando María Eliana estaba terminando su residencia médica en el Hospital Universitario de Loma Linda, su padre soñaba con navegar con sus tres hijos desde Chile hasta California. Planeaban visitar a María Eliana y después de descansar del largo viaje, continuarían navegando hacia Hawai, Isla de Pascua y luego, regresar a Chile siguiendo los vientos dominantes. Así, nuestro capitán y sus hijos comenzaron a planificar el viaje de sus sueños con fecha de salida fijada para septiembre u octubre de 1973.

La política se entromete. 

En 1972, la vida política y social chilena se había polarizado enormemente. El presidente socialista Salvador Allende fue elegido con sólo el 36% de los votos. La mala gestión económica y las presiones sectarias sobre sus políticas hicieron muy difícil la vida de los profesionales no políticos. La creciente agitación culminó con un sangriento golpe militar (liderado por el general Augusto Pinochet y apoyado por los EE.UU.) que derrocó al gobierno el 11 de septiembre de 1973. Como resultado, el viaje en barco planeado para septiembre de 1973 tuvo que posponerse.

Tras el golpe, la inestabilidad política y la represión eran rampantes. La privatización de muchas funciones estatales, como la educación y la atención sanitaria, siguió dificultando la vida y haciendo inciertas las perspectivas de muchos profesionales. En este contexto, parece posible que, en abril de 1974, cuando el Dr. Lois y sus tres hijos consiguieron finalmente los permisos necesarios para navegar, el propósito de su viaje cambiara del turismo a la emigración.

En Chile, junto a su madre, quedaron Iris (la segunda hija de los Lois Figueroa, que se hizo pediatra) y Jacqueline, la menor. Iris se casó con Felipe Molinos U., ingeniero civil. En 1981 se unieron al resto de la familia Lois en California.

Travesía. 

El 9 de mayo de 1974 el Dr. Juan LP y sus tres hijos varones zarparon del balneario de Algarrobo, Chile. Sólo dos días después, cerca de las infames aguas conocidas como “las alturas de Coquimbo”, se encontraron con una fuerte tormenta (“surazo”) que duró tres días. Cuando la tormenta se calmó, los había empujado hacia el norte, hasta Caldera. Frente a la costa de Caldera, el motor del yate se averió. 

Consiguieron navegar hasta Antofagasta, donde pasaron una semana inadvertidos esperando piezas de repuesto para reparar el motor pues el permiso de navegación que les habían sellado las autoridades portuarias era para Arica. Después de realizar las reparaciones, sin pasar por Arica, continuaron hasta Callao, Perú. Allí se pusieron en contacto con un amigo de uno de los hermanos de Juan LP. Pasaron dos días en Callao y, a través del amigo, se enteraron de que familiares y amigos en Chile creían que los cuatro viajeros se habían perdido en el mar, ya que no habían parado en Arica. Enviaron noticias de su bienestar a la familia en Chile.

Tenían una radio que no funcionaba y, como los antiguos marineros, utilizaban un sextante para calcular su posición. Cada uno tenía una guardia de tres horas durante el día y la noche. Contaban con un bote inflable para emergencias.

Intentaron pescar pero nunca lograron capturar nada, excepto un tiburón martillo cerca de las islas Galápagos.