Nuestros inmigrantes desde Europa, Alabama y Chile a la región del Bajo río Columbia.

El noroeste del Pacífico temprano.

Alrededor de 1741, los rusos comenzaron a desarrollar el comercio de pieles con las tribus nativas de la costa de Alaska. Cuando los rusos se desplazaron lentamente hacia el sur a lo largo de la costa del Pacífico, España, que se había concentrado en los imperios azteca e inca, decidió explorar la costa del Pacífico hacia el norte. A partir de 1769, el padre Junípero Serra y su orden franciscana, establecieron una serie de misiones al norte de México, a lo largo de toda la costa hasta la bahía de San Francisco.

Sin embargo, el noroeste del Pacífico, más frío, más húmedo y densamente arbolado, siguió sin interesar a ninguna de las potencias mundiales. Estaba habitado por más de una docena de tribus nativas dispersas, cada una con su propia lengua, que vivían en cabañas de troncos en la costa y subsistían de la caza, la pesca y la recolección de alimentos.

Exploradores y comerciantes.

En 1776, los barcos del capitán Cook desembarcaron en la costa de Oregón, en busca de un paso al Noroeste a través de América del Norte para acortar los tiempos de navegación entre Londres y Cantón (Guanzhou) en China. Exploraron la costa del Pacífico Norte hasta el Ártico e intercambiaron baratijas por pieles con las tribus nativas de la costa. Cuando la tripulación sobreviviente  del capitán Cook (el capitán Cook había muerto en Hawái mientras se detenía allí para reabastecerse) llegó a China, se encontró con que Cantón y Macao pagaban  cien veces el coste de compra de las pieles.

En 1804, el presidente de los Estados Unidos, Thomas Jefferson, consciente de los viajes de Cook para los británicos y de la importancia del comercio de pieles, encargó al capitán Meriwether Lewis que explorara las tierras al oeste del río Misisipi que comprendían su  Compra de Luisiana a Francia. Su objetivo era encontrar una vía fluvial que cruzara el continente para facilitar el comercio y establecer los derechos de los Estados Unidos sobre los territorios de Oregón. La expedición de Lewis y Clark navegó río arriba por el río Misuri y luego río abajo por el río Snake y el río Columbia hasta el Pacífico, regresando al este en 1806 con la misión cumplida.

Entre 1810 y 1813, John Jacob Astor, un inmigrante de Waldorf, Alemania, que llegó a Nueva York, emprendió dos expediciones- una por tierra y otra por mar- para establecer un puesto comercial en la desembocadura del río Columbia. La actual Astoria comenzó como un centro de acopio para las pieles de los Grandes Lagos y Canadá para intercambiarlas en Cantón por productos  comerciales de Londres y Nueva York. Estos productos comerciales, a su vez, se intercambiaban por suministros para Astoria, Hawái y Cantón. Una buena descripción de esta empresa se puede ver aquí.

Los Colonos Estadounidenses migran al Oeste. 

Entre 1840 y 1860, más de 300.000 personas hicieron, en carromatos tirados por bueyes, el trayecto de cinco meses y 3.200 kilómetros por tierra denominado «La Ruta de Oregón». El trayecto iba desde Misuri hasta las fértiles tierras del río Willamette, el estrecho de Puget o, más al sur, Utah y California.

Mapa de la Ruta de Oregon, Philip Mansfield, 1942. Oregon Historical Society.

Para acelerar la transferencia de las tierras federales del oeste a los ciudadanos estadounidenses durante la Guerra Civil, el Congreso de Estados Unidos aprobó en 1862, la Ley de Asentamientos Rurales. Los ciudadanos estadounidenses o las personas que habían servido en el Ejército de la Unión (en aquel entonces, los afro-americanos no eran considerados ciudadanos) podían comprar hasta 160 acres a 1,25 dólares por acre. Los especuladores de tierras y las empresas mineras y madereras aprovecharon esta ley para acceder a tierras forestales que se encontraban cerca de vías fluviales accesibles. En el suroeste del estado de Washington, las tierras taladas presentaban buenas oportunidades de inversión para algunos inversores astutos y algunas familias locales que podían permitírselas.

Nuestro antepasado checo.

Franz Joseph Chadima (1825-1911), un músico profesional,  emigró a América del Norte en 1856-7. Buscamos identificar el barco de su pasaje desde Europa hasta Norteamérica. El 10 de agosto de 1857 se casó con Marie Theresa (1829-1919) en Chicago, Illinois, en la iglesia católica Old St. Mary’s. (Es posible que los registros se hayan quemado en el gran incendio de Chicago de 1871).

Cuando estalló la Guerra Civil, Franz Chadima y su esposa Marie Theresa vivían en Saginaw, Michigan, donde dirigían un salón de baile en el segundo piso de su casa. Fingiendo una edad menor, Franz se alistó en una unidad de infantería del Ejército de la Unión como tambor. A fines de la década de 1990, su bisnieto, Greg H., recuperó de los Archivos Nacionales de los Estados Unidos en Washington DC, una copia de su registro de baja del Ejército debido a una enfermedad de reumatismo.

Después de servir en el Ejército de la Unión, Franz Chadima y su esposa Marie Theresa se mudaron de Michigan al suroeste del estado de Washington, donde Franz compró sus 160 acres de tierra federal en la zona del Alto Río Coweeman. Posteriormente se mudaron a Kalama y Franz murió en 1911 después de una estadía en el Hospital de Steilacoom cerca de Tacoma, Washington State afectado por algún tipo de demencia.

Isabelle Chadima, Franz J. Chadima, Marie Theresa, Kalama, ca. 1885

Como muestra la genealogía de “Nuestra familia Chadima”, su segunda hija, Blanche Rose Chadima (1877-1964), se casó tres veces. El foco de esta historia es Frances Nesbit Chadima (1910-2006), la tercera hija del matrimonio de Blanche con Joseph A. Nesbit (1855-1945), cuya familia había vivido en Indiana y Ohio desde al menos el siglo 18. Nuestros antepasados ​​Nesbit tienen orígenes escoceses e ingleses. Información bien documentada será bienvenida.

Nuestros ancestros de Alabama.

Durante la Gran Depresión, Andrew G. Hamm (1912-1976), “el abuelo Andy”, tenía 21 años y buscaba trabajo en Union Springs, un pueblo de unos 2.000 habitantes situado a 40 millas al sureste de Montgomery, la capital del estado de Alabama, Estados Unidos.

En 1933, Franklin D. Roosevelt creó el Cuerpo Civil de Conservación para ayudar a Estados Unidos a salir de la Gran Depresión. El CCC permitía a los hombres solteros de entre 18 y 25 años alistarse en programas de trabajo para mejorar las tierras públicas, los bosques y los parques de Estados Unidos. Los alistados ganaban 30 dólares al mes y se les proporcionaba comida y alojamiento al estilo de un campamento militar.

El “abuelo Andy” terminó trabajando como cocinero en un campamento del CCC ubicado en la intersección del río Coweeman y Rose Valley Road, muy cerca de una propiedad agrícola de la familia Nesbit.

Davey Barn, KHM.

En 1942 el “abuelo Andy” se casó con Frances A. Nesbit. En 1943 nació una niña que, aunque era muy joven, recuerda hoy a su padre de permiso durante la Segunda Guerra Mundial donde servía en la Marina y que este retornó a la guerra sin despedirse mientras ella dormía la siesta. Le siguieron tres hermanos varones.

Alrededor de 1950, Frances y Andy (quienes trabajaron en diferentes épocas en pueblos cercanos) pudieron comprar una propiedad rural en la parte alta del río Coweeman y construyeron una casa a distancia apropiada de la vía pública y del río.

La propiedad lindaba con parcelas de los hermanos y padres de Frances. El abuelo Andy limpió los tocones de los árboles y estableció un pastizal. Durante un tiempo, la familia vendió leche de vaca a una lechería local.

Andrew G. Hamm, 1912-1976

Gracias a herencias y adquisiciones, la familia ha podido conservar una serie de parcelas que conforman un paisaje mixto. Este incluye bosques naturales secundarios en los que se practica la tala selectiva junto a pastizales y huertas donde viven las familias.

Nuestra conexión chilena.

En 1971, Vicente, un ingeniero forestal de 25 años, administraba plantaciones de pino y eucalipto y aserraderos en Chile. Trabajaba a treinta minutos en auto del  balneario de Viña del Mar. Un trabajo de excepción, salvo por los frecuentes y graves incendios forestales. Estos se originaban principalmente por las invasiones de la frontera urbana a las colinas boscosas que rodeaban la bahía y puerto de Valparaíso.

Valparaiso, Chile

Su trabajo vespertino como profesor de Tecnología de la Madera en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile en Valparaíso, y su rol en el Consejo Directivo de la Asociación de Ingenieros Forestales de Chile, mostraron a Vicente una vía para el desarrollo industrial del joven sector forestal de Chile. Esta era expandir el uso de productos de madera de calidad en la construcción y en muebles. Cuando su esposa chilena lo convenció de postular a una beca para especializarse en los EE. UU., el momento era oportuno.

En agosto de 1972 Vicente, en su primer vuelo en jet, llegó  al aeropuerto de San Francisco. Realizaría estudios de postgrado en Industrias Forestales e Investigación Operacional en el campus de Berkeley de la Universidad de California. Esto fue posible gracias a una beca Fulbright del gobierno de los Estados Unidos y una  pasantía de investigación a tiempo parcial ofrecida por el Laboratorio de Productos Forestales de la U.C.  en Richmond, California, donde anteriores colegas forestales chilenos habían dejado una buena impresión.

En julio de 1974, Vicente había terminado sus estudios de maestría, estaba divorciado y Chile atravesaba las sangrientas secuelas del golpe militar del 11 de septiembre de 1973. Cuando el Dr. Fred Dickinson, su venerado profesor guía, le sugirió que, antes de regresar a Chile, podría intentar conseguirle un trabajo de capacitación práctica en International Paper Company (IPCo.), Vicente aceptó. Eso aprovecharía  los 18 meses que permitía la visa de estudiante de intercambio.

Después de varios meses de estudios de producción y control de calidad en Weed, California, al pie del hermoso monte Shasta, Vicente fue invitado por el gerente de la división de ingeniería de IPCo. a unirse a su equipo en la sede regional en Longview, estado de Washington.

Mt. Shasta, California.

En octubre de 1975, Vicente vivía en Longview, estado de Washington, y había conocido a una joven local, divorciada y con dos hijos. Además de criar a sus dos hijos, Kathy trabajaba a tiempo completo como secretaria ejecutiva para otra división de IPCo. y conducía hasta Portland (un viaje de ida y vuelta de dos horas) tres noches por semana para obtener su título universitario en administración de empresas.

Cuando su nuevo jefe le ofreció usar a los abogados de la compañia en Nueva York para el complicado cambio a visa de residencia permanente, Vicente aceptó y debió trabajar desde Vancouver BC, Canada por varios meses. 

En diciembre de 1976, después de obtener el estatus de residente permanente en los Estados Unidos, Vicente se casó con Kathy.

V, K, G, B, Longview, 1976

Vicente, Kathy e hijos vivieron en Washington, Oregon y Brasil.

B,K,G Primer dia en Belem, 1980.

La familia Molinos-Hamm vivió en Illinois, Virginia, Centro y Sudamérica, antes de regresar al Pacífico-Noroeste de USA.